INTRODUCCION
A continuación se plantea un conjunto de reflexiones iniciales de la crisis de las Ciencias Sociales en las Universidades y por ende en las facultades, escuelas y departamentos vinculadas a este quehacer académico, científico y cultural.
Los análisis y argumentos presentados no buscan ser la ultima palabra en este contexto de discusión, por el contrario tienen como finalidad abrir el debate sobre este complejo y multicausal problema de tanta trascendencia para el desarrollo de las universidades, especialmente de aquellas que se proponen como grandes retos históricos servir a la verdad y que asumen como desafió la opción preferencial por las mayorías populares excluidas y sumidas en la pobreza. El abordaje de este tipo de discusiones se hace con muy poca frecuencia de manera ligera, de modo indebido y en la mayoría de los casos ni siquiera se percibe como una situación problemática al interior de las universidades. No obstante que es causante de un gran deterioro académico, debido a la carencia de investigaciones generadoras de conocimiento sobre la realidad económica, política, social, cultural e histórica del país; generando como consecuencia una docencia abstracta que muy poco tienen que ver con las realidades desgarrantes de nuestro tiempo, descontextualizada, sin rigurosidad técnica ni científica. Así mismo hay una marcada ausencia de la universidad en las discusiones nacionales sobre los grandes problemas que afectan al país y en consecuencia hay la perdida de credibilidad y capacidad para formular, proponer e incidir con alternativas de soluciones viables en los diversos ámbitos de las sociedades viéndose las universidades, con un limitado impacto, reducido a su mínima expresión en su servicio, proyección y rol que debe asumir como instituciones que históricamente se fueron considerados unos de los sujetos intelectuales mas importantes del siglo XX y que debieran tener un papel aun más trascendental en los inicios del siglo XXI en plena era de la sociedad del conocimiento y la información.
Las ideas aquí expresadas cumplirán su objetivo si despiertan el interés de las comunidades universitarias y contribuyen a crear el espacio para el debate ya sea a favor o en contra de las formulaciones propuestas o permiten la introducción en la discusión de nuevos enfoques o elementos no considerados en el presente análisis. Lo esencial de todo es que logre tener eco particularmente en los sectores inmersos en el campo de las Ciencias Sociales.
En el desarrollo del texto se trata de identificar una serie de posibles causas que generan el estancamiento por el cual atraviesan las Ciencias Sociales; así mismo se propone una serie de alternativas para superarlo. De lo que se trata es de ir estructurando una nueva visión que construya e inserte la actividad académica particularmente en la realidad salvadoreña de manera coherente con las necesidades históricas por las que atraviesa el país y por que no decirlo consecuente con una visión de acompañamiento desde la especificidad universitaria a las grandes mayorías poblacionales, empobrecidas y excluidas en sus reivindicaciones por alcanzar una mayor calidad de vida y mejores niveles de desarrollo humano.
En una época de tantas turbulencias, angustias ideológicas y confusiones en los enfoques y visiones a nivel político, económico, social y cultural, se ha querido deslegitimar y desprestigiar el valor y la utilidad de las Ciencias Sociales por aquellos que en repetidas ocasiones han declarado el fin de la historia y la muerte de las ideologías de manera apocalíptica haciendo una apología del capitalismo neoliberal fundamentalista basado en la doctrina del Consenso de Washington.
No se debe caer en la trampa de quienes cuestionan la relevancia de la Ciencias Sociales en las universidades y la necesidad que existan Facultades, Escuelas departamentos y cátedras, lo cual no debe estar en ningún momento en discusión. Sin embargo, se debe reconocer que en el pasado reciente muchas de estas unidades académicas se encuentran cada vez más rezagadas, desvinculadas de la realidad, carentes en algunos casos de iniciativa y de la cuota de talento indispensable; crisis que se expresa tanto en lo que hacen como a través de lo que no hacen.
Hay que señalar que cuando se elabora este tipo de análisis surgen posiciones defensivas a ultranza, rígidas, dogmáticas y esquemáticas que no contribuyen en mucho o en nada para orientar en la dirección correcta de búsqueda y creatividad todo este proceso de reflexión, de construcción y descontruccion valga decir de conversión en torno a las ciencias sociales.
La realidad histórica actual exige y demanda una nueva mentalidad de las Ciencias Sociales más dinamizantes, flexible, con apertura sin temor a los cambios, a las situaciones desconocidas sin miedo para abordar los nuevos escenarios que quiebran los viejos esquemas.
Solo así será posible buscar nuevas formulas y proponer alternativas particularmente en esta coyuntura histórica de mucha desesperanza y frustración para los pobres, y de muy poca credibilidad en los paradigmas dominantes; tanto del socialismo histórico de Europa del Este sepultado en el pasado reciente, como del Capitalismo salvaje Neoliberal Occidental militarista y guerrerista simbolizado por el imperio de los Estados Unidos que ofrecían el paraíso en la tierra. Resulta importante para las Ciencias Sociales recordar lo que afirmaba Grasmsci: cuando sentenciaba que “SOLO LA VERDAD ES REVOLUCIONARIA”, por tanto en este largo peregrinaje de la Ciencias Sociales, lo mas importante es penetrar la realidad, estudiarla, develarla de tal manera que permitan construir nuevas verdades para ser consecuentes con lo que bíblicamente se afirmara alguna vez cuando se decía: “CONOCERAN LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRE”.
ELEMENTOS HISTÓRICOS REFERENCIALES DE LA CRISIS DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Al abordar el problema de las Ciencias Sociales contextuadas en América Latina, Centro América y particularmente de El Salvador, es necesario que se enfoquen desde la perspectiva histórica y la realidad actual en la que se encuentran en las Universidades. En este marco se debe señalar que el auge de las Ciencias Sociales históricamente obedeció a varios factores entre ellos el énfasis del perfil humanista y de opción por las mayorías populares asumido por las Universidades especialmente estatales que data su inicio desde la gesta desarrollada por los estudiantes de la Universidad de Córdova, Argentina y que dio paso a lo que se conoce como la reforma de Córdova, en las primeras décadas del siglo XX.
Tal suceso se considera histórico de repercusiones en las Universidades especialmente latinoamericanas al dar paso a una universidad más comprometida con las realidades sociales y políticas, sometidas a procesos de reconversión intelectual que llevaron acelerar los cambios en la estructuras mismas de las instituciones de educación superior especialmente en la parte académica dando paso a una educación más científica, laica incorporando enfoques educativos donde la creatividad, la critica y el análisis se fueron haciendo presentes, cuya influencia fue determinante en la configuración del perfil humanista y de opción por las mayorías populares que estas asumen décadas después, particularmente a partir de los años 40 cuando ya había finalizado la segunda guerra mundial.
La mayoría de universidades especialmente estatales se radicalizaron tanto en sus enfoques académicos, como en la actividad política que asumen en sus respectivas sociedades, se solidarizaron a partir de la intervención militar de los Estados Unidos en Corea, la larga guerra de intervención en Vietnam, y particularmente en el caso de la Revolución Cubana. Así mismo es destacado el papel y protagonismo que asumen los movimientos estudiantiles de Universidades Europeas; por el tipo de reivindicaciones de cambio social de las sociedades europeas que están explicitas e implícitas y que son planteadas a través de sus luchas como cajas de resonancia sensibles a los graves problemas que padecían todas la sociedades, especialmente los estudiantes de las Universidades Francesas. Movimientos conocidos como la generación del 68. También se presentaron movimientos Universitarios fuertes en América Latina motivados por las realidades nacionales, regionales o continentales donde la lucha contra los regimenes de facto militaristas reivindicaban la libertad de expresión, la democracia, las elecciones libres, el acceso a la tierra para los campesinos, el derecho a la educación, el respeto por los derechos humanos elementales frente a gobiernos represivos y en general la permanente denuncia contra la pobreza y el anhelo por la justicia social en general.
Otros factores endógenos a las Universidades Latinoamericanas pero que influyeron de modo considerable pueden ser los siguientes: tales como las políticas continentales de los Estados Unidos del buen trato que se aplico en América latina en la época de los 60 como factor determinante para garantizar su seguridad y frenar la expansión de los movimientos socialistas y comunistas en el marco de la guerra fría, lo cual, les llevo a apoyar a las dictaduras militares y gobiernos de facto surgidos de golpes de estado y paralelamente también tratar de fortalecer y legitimar ciertos procesos de democratización formal de los sistemas políticos particularmente en la parte electoral e institucional, en algunos de los países latinoamericanos después de la post-guerra. Configurando un conjunto de políticas duales que despertaron sentimiento anti estadounidenses. Tampoco es despreciable la lucha de reconocidos y talentosos intelectuales universitarios libraban a nivel político y académico en contra de concepciones e interpretaciones reduccionistas y desviadas que se hacían del marxismo, convirtiéndolo a categoría de dogmático, de catecismo manualero, cuyos enfoques fueron exacerbadamente esquemáticos y regidos que se utilizaban en el régimen estalinista tan criticado en la misma ex Unión Soviética por todos los vejámenes a que fue sometida la sociedad y el extremado culto a la personalidad que práctico Stalin en ese periodo y se quisieron imponer de modo parecido en nuestro contexto especialmente en los años 50 y 60 sin tomar en cuenta nuestras propias realidades configuradas y la autocrítica que para esa época ya se hacia desde el propio partido comunista soviético al periodo de Stalin, tampoco se lograban entender mucho los procesos históricos de las sociedades latinoamericanas.
En síntesis, de algunos de los antecedentes planteados se debe hacer notar que las Ciencias Sociales se desarrollaron tanto a nivel de propuestas teóricas y la definición del papel práctico que se les asigno y fueron asumiendo como elemento orgánico vinculado con los movimientos políticos y sociales de izquierda del siglo XX en el contexto de las universidades especialmente estatales.
CIENCIAS SOCIALES Y PARADIGMAS
De hecho los paradigmas, es decir aquellos puntos centrales referenciales, orientadores y en cierto modo determinantes de los marcos de valores y políticos sustentantes de los enfoques de las Ciencias Sociales, han estado sobre determinados en muchos casos por el traslado mecánico de planteamientos o enfoques históricos surgidos en contextos de sociedades especificas COMO LA EUROPA EN LA QUE VIVIO MARX Y ENGELS O EN LA RUSIA DE LENIN cuyas culturas, vida política y realidades económicas han estado socialmente enmarcadas en espacios y tiempos con características y particularidades históricas de la formación económica y social capitalista de la Europa de la era industrial en el siglo XIX y la Rusia feudal sarista; sus realidades han sido radicalmente diferentes a las de América Latina, Centro América y El Salvador.
En el caso de las Ciencias Sociales y la realidad Universitaria salvadoreña tal situación, en buena medida le quitaron la creatividad, la capacidad de análisis para la recreación, historizacion y contextualizacion de propuestas teóricas planteadas desde otras realidades DEBIDO A QUE SE TOMABAN COMO RECETAS INFALIBLES A LAS CUALES NO SE LES PODIA CAMBIAR NI UNA SOLA LETRA sin ser acusado de revisionistas, teoricones y en el peor de los casos como traidores.
Es de puntualizar que casi en su totalidad las escuelas, enfoques o teorías en que se fundamentan las Ciencias Sociales históricamente se han desarrollado en sociedades ahora llamadas de primer mundo o surgidas de procesos históricos no generalizables o aplicables a nivel planetario, no es que lo anterior sea negativo en si mismo; pero de hecho en cualquier teoría social cuando no se tome en cuenta la génesis del contexto de donde surgen y se quieren aplicar en el marco de las abstracciones, difícilmente pueden ser empleadas como instrumental de abordaje objetivo de las realidades sociales y mucho menos tener éxito en el análisis de sociedades tan concretas y tan complejas como la salvadoreña.
Así se demuestra que la influencia del positivismo, neopositivismo, funcionalismo, estructuralismo, el llamado funcional estructuralismo, pragmatismo, el existencialismo y el marxismo entre otras han formado parte del instrumental teórico con que han contado las ciencias sociales para conocer y analizar las realidades en sus múltiples facetas y su influencia a privilegiado el conocimiento de parte de la realidad, debido a sus pretensiones excluyentes y totalizantes como enfoques, en ves de construir ejes de integración de complementariedad con mucha más riqueza polifactorial de la realidad. No obstante lo anterior se debe de aclarar que en primera instancia estos enfoques teorías y escuelas han sido filosóficas y no exclusivamente sociológicas y en un esfuerzo de construcción conceptual se han desarrollado teorías que han influenciado en mayor o menor medida la totalidad de enfoques de las Ciencias Sociales.
Esta tipo de marcos referenciales en algunos casos han tenido influencias más políticas e ideológicas y en otro más metodológicas y procedimentales, fijando cierto cuadro de rigidez y dogma que han limitado el abordaje e inmersión en las realidades especificas a las Ciencias Sociales. Así también ciertas corrientes o escuelas psicológicas han dado aporte que en muchos de los casos se magnifican y se abusa de ello, tales como el psicoanálisis, el conductismo y escuelas como las cognoscitivas y constructivitas.
A continuación se plantea un conjunto de reflexiones iniciales de la crisis de las Ciencias Sociales en las Universidades y por ende en las facultades, escuelas y departamentos vinculadas a este quehacer académico, científico y cultural.
Los análisis y argumentos presentados no buscan ser la ultima palabra en este contexto de discusión, por el contrario tienen como finalidad abrir el debate sobre este complejo y multicausal problema de tanta trascendencia para el desarrollo de las universidades, especialmente de aquellas que se proponen como grandes retos históricos servir a la verdad y que asumen como desafió la opción preferencial por las mayorías populares excluidas y sumidas en la pobreza. El abordaje de este tipo de discusiones se hace con muy poca frecuencia de manera ligera, de modo indebido y en la mayoría de los casos ni siquiera se percibe como una situación problemática al interior de las universidades. No obstante que es causante de un gran deterioro académico, debido a la carencia de investigaciones generadoras de conocimiento sobre la realidad económica, política, social, cultural e histórica del país; generando como consecuencia una docencia abstracta que muy poco tienen que ver con las realidades desgarrantes de nuestro tiempo, descontextualizada, sin rigurosidad técnica ni científica. Así mismo hay una marcada ausencia de la universidad en las discusiones nacionales sobre los grandes problemas que afectan al país y en consecuencia hay la perdida de credibilidad y capacidad para formular, proponer e incidir con alternativas de soluciones viables en los diversos ámbitos de las sociedades viéndose las universidades, con un limitado impacto, reducido a su mínima expresión en su servicio, proyección y rol que debe asumir como instituciones que históricamente se fueron considerados unos de los sujetos intelectuales mas importantes del siglo XX y que debieran tener un papel aun más trascendental en los inicios del siglo XXI en plena era de la sociedad del conocimiento y la información.
Las ideas aquí expresadas cumplirán su objetivo si despiertan el interés de las comunidades universitarias y contribuyen a crear el espacio para el debate ya sea a favor o en contra de las formulaciones propuestas o permiten la introducción en la discusión de nuevos enfoques o elementos no considerados en el presente análisis. Lo esencial de todo es que logre tener eco particularmente en los sectores inmersos en el campo de las Ciencias Sociales.
En el desarrollo del texto se trata de identificar una serie de posibles causas que generan el estancamiento por el cual atraviesan las Ciencias Sociales; así mismo se propone una serie de alternativas para superarlo. De lo que se trata es de ir estructurando una nueva visión que construya e inserte la actividad académica particularmente en la realidad salvadoreña de manera coherente con las necesidades históricas por las que atraviesa el país y por que no decirlo consecuente con una visión de acompañamiento desde la especificidad universitaria a las grandes mayorías poblacionales, empobrecidas y excluidas en sus reivindicaciones por alcanzar una mayor calidad de vida y mejores niveles de desarrollo humano.
En una época de tantas turbulencias, angustias ideológicas y confusiones en los enfoques y visiones a nivel político, económico, social y cultural, se ha querido deslegitimar y desprestigiar el valor y la utilidad de las Ciencias Sociales por aquellos que en repetidas ocasiones han declarado el fin de la historia y la muerte de las ideologías de manera apocalíptica haciendo una apología del capitalismo neoliberal fundamentalista basado en la doctrina del Consenso de Washington.
No se debe caer en la trampa de quienes cuestionan la relevancia de la Ciencias Sociales en las universidades y la necesidad que existan Facultades, Escuelas departamentos y cátedras, lo cual no debe estar en ningún momento en discusión. Sin embargo, se debe reconocer que en el pasado reciente muchas de estas unidades académicas se encuentran cada vez más rezagadas, desvinculadas de la realidad, carentes en algunos casos de iniciativa y de la cuota de talento indispensable; crisis que se expresa tanto en lo que hacen como a través de lo que no hacen.
Hay que señalar que cuando se elabora este tipo de análisis surgen posiciones defensivas a ultranza, rígidas, dogmáticas y esquemáticas que no contribuyen en mucho o en nada para orientar en la dirección correcta de búsqueda y creatividad todo este proceso de reflexión, de construcción y descontruccion valga decir de conversión en torno a las ciencias sociales.
La realidad histórica actual exige y demanda una nueva mentalidad de las Ciencias Sociales más dinamizantes, flexible, con apertura sin temor a los cambios, a las situaciones desconocidas sin miedo para abordar los nuevos escenarios que quiebran los viejos esquemas.
Solo así será posible buscar nuevas formulas y proponer alternativas particularmente en esta coyuntura histórica de mucha desesperanza y frustración para los pobres, y de muy poca credibilidad en los paradigmas dominantes; tanto del socialismo histórico de Europa del Este sepultado en el pasado reciente, como del Capitalismo salvaje Neoliberal Occidental militarista y guerrerista simbolizado por el imperio de los Estados Unidos que ofrecían el paraíso en la tierra. Resulta importante para las Ciencias Sociales recordar lo que afirmaba Grasmsci: cuando sentenciaba que “SOLO LA VERDAD ES REVOLUCIONARIA”, por tanto en este largo peregrinaje de la Ciencias Sociales, lo mas importante es penetrar la realidad, estudiarla, develarla de tal manera que permitan construir nuevas verdades para ser consecuentes con lo que bíblicamente se afirmara alguna vez cuando se decía: “CONOCERAN LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRE”.
ELEMENTOS HISTÓRICOS REFERENCIALES DE LA CRISIS DE LAS CIENCIAS SOCIALES
Al abordar el problema de las Ciencias Sociales contextuadas en América Latina, Centro América y particularmente de El Salvador, es necesario que se enfoquen desde la perspectiva histórica y la realidad actual en la que se encuentran en las Universidades. En este marco se debe señalar que el auge de las Ciencias Sociales históricamente obedeció a varios factores entre ellos el énfasis del perfil humanista y de opción por las mayorías populares asumido por las Universidades especialmente estatales que data su inicio desde la gesta desarrollada por los estudiantes de la Universidad de Córdova, Argentina y que dio paso a lo que se conoce como la reforma de Córdova, en las primeras décadas del siglo XX.
Tal suceso se considera histórico de repercusiones en las Universidades especialmente latinoamericanas al dar paso a una universidad más comprometida con las realidades sociales y políticas, sometidas a procesos de reconversión intelectual que llevaron acelerar los cambios en la estructuras mismas de las instituciones de educación superior especialmente en la parte académica dando paso a una educación más científica, laica incorporando enfoques educativos donde la creatividad, la critica y el análisis se fueron haciendo presentes, cuya influencia fue determinante en la configuración del perfil humanista y de opción por las mayorías populares que estas asumen décadas después, particularmente a partir de los años 40 cuando ya había finalizado la segunda guerra mundial.
La mayoría de universidades especialmente estatales se radicalizaron tanto en sus enfoques académicos, como en la actividad política que asumen en sus respectivas sociedades, se solidarizaron a partir de la intervención militar de los Estados Unidos en Corea, la larga guerra de intervención en Vietnam, y particularmente en el caso de la Revolución Cubana. Así mismo es destacado el papel y protagonismo que asumen los movimientos estudiantiles de Universidades Europeas; por el tipo de reivindicaciones de cambio social de las sociedades europeas que están explicitas e implícitas y que son planteadas a través de sus luchas como cajas de resonancia sensibles a los graves problemas que padecían todas la sociedades, especialmente los estudiantes de las Universidades Francesas. Movimientos conocidos como la generación del 68. También se presentaron movimientos Universitarios fuertes en América Latina motivados por las realidades nacionales, regionales o continentales donde la lucha contra los regimenes de facto militaristas reivindicaban la libertad de expresión, la democracia, las elecciones libres, el acceso a la tierra para los campesinos, el derecho a la educación, el respeto por los derechos humanos elementales frente a gobiernos represivos y en general la permanente denuncia contra la pobreza y el anhelo por la justicia social en general.
Otros factores endógenos a las Universidades Latinoamericanas pero que influyeron de modo considerable pueden ser los siguientes: tales como las políticas continentales de los Estados Unidos del buen trato que se aplico en América latina en la época de los 60 como factor determinante para garantizar su seguridad y frenar la expansión de los movimientos socialistas y comunistas en el marco de la guerra fría, lo cual, les llevo a apoyar a las dictaduras militares y gobiernos de facto surgidos de golpes de estado y paralelamente también tratar de fortalecer y legitimar ciertos procesos de democratización formal de los sistemas políticos particularmente en la parte electoral e institucional, en algunos de los países latinoamericanos después de la post-guerra. Configurando un conjunto de políticas duales que despertaron sentimiento anti estadounidenses. Tampoco es despreciable la lucha de reconocidos y talentosos intelectuales universitarios libraban a nivel político y académico en contra de concepciones e interpretaciones reduccionistas y desviadas que se hacían del marxismo, convirtiéndolo a categoría de dogmático, de catecismo manualero, cuyos enfoques fueron exacerbadamente esquemáticos y regidos que se utilizaban en el régimen estalinista tan criticado en la misma ex Unión Soviética por todos los vejámenes a que fue sometida la sociedad y el extremado culto a la personalidad que práctico Stalin en ese periodo y se quisieron imponer de modo parecido en nuestro contexto especialmente en los años 50 y 60 sin tomar en cuenta nuestras propias realidades configuradas y la autocrítica que para esa época ya se hacia desde el propio partido comunista soviético al periodo de Stalin, tampoco se lograban entender mucho los procesos históricos de las sociedades latinoamericanas.
En síntesis, de algunos de los antecedentes planteados se debe hacer notar que las Ciencias Sociales se desarrollaron tanto a nivel de propuestas teóricas y la definición del papel práctico que se les asigno y fueron asumiendo como elemento orgánico vinculado con los movimientos políticos y sociales de izquierda del siglo XX en el contexto de las universidades especialmente estatales.
CIENCIAS SOCIALES Y PARADIGMAS
De hecho los paradigmas, es decir aquellos puntos centrales referenciales, orientadores y en cierto modo determinantes de los marcos de valores y políticos sustentantes de los enfoques de las Ciencias Sociales, han estado sobre determinados en muchos casos por el traslado mecánico de planteamientos o enfoques históricos surgidos en contextos de sociedades especificas COMO LA EUROPA EN LA QUE VIVIO MARX Y ENGELS O EN LA RUSIA DE LENIN cuyas culturas, vida política y realidades económicas han estado socialmente enmarcadas en espacios y tiempos con características y particularidades históricas de la formación económica y social capitalista de la Europa de la era industrial en el siglo XIX y la Rusia feudal sarista; sus realidades han sido radicalmente diferentes a las de América Latina, Centro América y El Salvador.
En el caso de las Ciencias Sociales y la realidad Universitaria salvadoreña tal situación, en buena medida le quitaron la creatividad, la capacidad de análisis para la recreación, historizacion y contextualizacion de propuestas teóricas planteadas desde otras realidades DEBIDO A QUE SE TOMABAN COMO RECETAS INFALIBLES A LAS CUALES NO SE LES PODIA CAMBIAR NI UNA SOLA LETRA sin ser acusado de revisionistas, teoricones y en el peor de los casos como traidores.
Es de puntualizar que casi en su totalidad las escuelas, enfoques o teorías en que se fundamentan las Ciencias Sociales históricamente se han desarrollado en sociedades ahora llamadas de primer mundo o surgidas de procesos históricos no generalizables o aplicables a nivel planetario, no es que lo anterior sea negativo en si mismo; pero de hecho en cualquier teoría social cuando no se tome en cuenta la génesis del contexto de donde surgen y se quieren aplicar en el marco de las abstracciones, difícilmente pueden ser empleadas como instrumental de abordaje objetivo de las realidades sociales y mucho menos tener éxito en el análisis de sociedades tan concretas y tan complejas como la salvadoreña.
Así se demuestra que la influencia del positivismo, neopositivismo, funcionalismo, estructuralismo, el llamado funcional estructuralismo, pragmatismo, el existencialismo y el marxismo entre otras han formado parte del instrumental teórico con que han contado las ciencias sociales para conocer y analizar las realidades en sus múltiples facetas y su influencia a privilegiado el conocimiento de parte de la realidad, debido a sus pretensiones excluyentes y totalizantes como enfoques, en ves de construir ejes de integración de complementariedad con mucha más riqueza polifactorial de la realidad. No obstante lo anterior se debe de aclarar que en primera instancia estos enfoques teorías y escuelas han sido filosóficas y no exclusivamente sociológicas y en un esfuerzo de construcción conceptual se han desarrollado teorías que han influenciado en mayor o menor medida la totalidad de enfoques de las Ciencias Sociales.
Esta tipo de marcos referenciales en algunos casos han tenido influencias más políticas e ideológicas y en otro más metodológicas y procedimentales, fijando cierto cuadro de rigidez y dogma que han limitado el abordaje e inmersión en las realidades especificas a las Ciencias Sociales. Así también ciertas corrientes o escuelas psicológicas han dado aporte que en muchos de los casos se magnifican y se abusa de ello, tales como el psicoanálisis, el conductismo y escuelas como las cognoscitivas y constructivitas.
No obstante, su aplicación como instrumento de análisis y abordaje de realidades Sociales, económicas y políticas específicas de estos enfoques significaron importantes progresos técnicos y científicos especialmente para los cientistas sociales universitarios que les permitió contar, con modelos de análisis más estructurados y sistemáticos y en cierto modo les facilitaron elementos para construir teoría social con los sesgos y limitaciones ya mencionadas.
LAS CIENCIAS SOCIALES Y LA INFLUENCIA POLÍTICA DESDE LA IZQUIERDA
Se debe señalar también la inadecuada politización y utilización pragmática que en muchos casos desnaturalizaron las Ciencias Sociales como teorías y enfoques rigurosos con los que se podía producir conocimientos, el forzamiento que se hizo de las ciencias sociales con el afán y la perentoriedad de dar aportes directos a procesos y movimientos políticos especialmente en la década 60,70 y 80. Es de destacar que la experiencia histórica en las sociedades latinoamericanas dejan como saldo negativo que por lo general no ha habido un manejo adecuado entre participación política, militancia política y desarrollo metodológico - técnico de las Ciencias Sociales. Aunque pareciera un contra sentido pero casi en todos los casos de las Universidades que asumieron un papel protagónico en los conflictos políticos y sociales dejaron de producir conocimiento social, los factores que debieron ser elementos pontenciadores para su desarrollo se convirtieron en mecanismos de freno, es decir que no se recrearon las ciencias sociales como disciplinas científicas, ni se creo nueva teoría social son abundantes los casos en que se redujeron a la categoría de dogma.
Las Ciencias Sociales practicadas particularmente las Universidades identificadas con proyectos, procesos y movimientos de izquierda (solo en raras y honrosas excepciones), sobre ideologizaron el contenido de las mismas y más que estudios o enfoques de la realidad sustituyeron los datos del contexto por los postulados principios y aspiraciones de la doctrina con la que se identificaron según sus propias y limitadas interpretaciones surgidas en el fragor de la confrontación política.
De todas las Universidades que en América Latina se sobre ideo logizaron en muy pocos casos construyeron Ciencias Sociales y más bien el esfuerzo estuvo orientado a formar conciencia social, pero sin ciencia; lo cual a sido un contra sentido pues en estos casos la politización de lo académico se promovió más como caja de resonancia, de propaganda y para el desarrollo doctrinario, en buena medida religioso. No privilegiándose en ningún momento el pensamiento critico, reflexivo y académico. En estas situaciones resulto difícil diferenciar entre la aspiración, el sueño, la utopía y la realidad que se tenía enfrente, se proyectaba más bien lo que se quería y no lo que se tenía y podía.
Los análisis superficiales, optimistas y poco realistas abundaron en estos periodos y muchas veces sin ninguna base empírica de sustentación. El inadecuado manejo entre doctrina, propaganda, aspiración y realidad histórica fueron rasgos sintomáticos de enfoques y procesos autoritarios y escleróticos que en la mayoría de los casos hicieron sucumbir las Ciencias Sociales por largos periodos. Nunca se entendió la relativa independencia que debe haber entre la academia, la ciencia, la militancia política y las urgentes necesidades muchas veces de coyuntura surgidas en la confrontación política. Solo en muy pocos casos se manejo adecuadamente la relación teoría - práctica lo cual se debió a la incomprensión gnoseológica y al desprecio por la dimensión científica de las Ciencias Sociales llevando en muchas ocasiones a soslayar o desvalorar la necesidad de la reflexión teórica tan indispensable como resultantes de procesos de síntesis; sistematizados concretamente de las realidades desde donde se ha intentado hacer Ciencias Sociales.
Las influencias ideológicas de los partidos o de los movimientos de izquierda tanto revolucionarios como conservadores acudiendo a necesidades inmediatas o a perentoriedades de los procesos de lucha estigmatizaron la práctica y la conceptualización de las Ciencias Sociales fue reducida exclusivamente a asumir militancias políticas y desarrollar acciones o tareas dentro de los movimientos o partidos.
Esta urgencia de la práctica inmediata castro la dimensión científica de las Ciencias Sociales suicidando el filo critico, reflexivo y analítico de la teoría. En consecuencia comenzaron a invadir los enfoques, el pensamiento y la acción de las Ciencias Sociales visiones vulgarizadas se una especie de pragmatismo político de izquierda. Aquí cabe señalar los calificativos que en muchas universidades radicalizadas comenzaron hacérseles a todos aquellos académicos que fueron tildados de inconsecuentes y teoricones por buscar la reflexión teórica con datos de la realidad, lo cual en muchos casos ponía en tela de duda las orientaciones de los partidos o de los enfoques de la propaganda que se hacia para el consumo de las mayorías.
En tal sentido fue muy frecuente que a quienes se descalificaba políticamente siempre llevaba implícita o explicita a una descalificación intelectual. Estos enfoques que nada tienen que ver con las ciencias sociales invadieron la praxis dando como consecuencia la poca producción teórica científica en América Latina, Centro América y donde la universidad de El Salvador no ha sido la excepción.
LAS CIENCIAS SOCIALES CONCEPCIONES Y ACCIONES DESDE LA DERECHA
Desde la derecha las Ciencias Sociales, siempre fueron vistas con desconfianza y como peligrosas, identificadas en muchos casos como subversivas, como un atentado al orden social existentes y en la época de las dictaduras militares hubo absoluta intolerancia a cualquier tipo de análisis o estudio sobre las realidades sociales.
Su satanización en el pasado formo parte de la propaganda sistemática de los regimenes antidemocráticos y durante el conflicto armado que vivió el país formo parte de la propaganda contra-insurgente. En consecuencia los enfoques peyorativos y el desprecio por las Ciencias Sociales han sido una especie de constante histórica particularmente en El Salvador; tal enfoque se traslado a las universidades de derecha, tanto las de derecha partidaria como las llamadas neutrales, donde el único tratamiento que se les dio a las áreas sociales fue a través de incorporar de manera marginal algunas asignaturas en planes de estudios de sus carreras con enfoques totalmente informativos. En todo caso se sigue cuidando mucho que el contenido desarrollado en cada uno de estos cursos sea con enfoques ilustrativos, informativos y saturados de contenido político-ideológico estrechamente conservador.
Ha sido tal, el desprecio desde las universidades conservadoras que en esta área se a puesto a ser docencia (dar clases) a profesores no especializados que carecen de conocimiento mínimo, de instrumental técnico elemental para ejercer su labor al menos en términos aceptables.
Se ha vendido la idea, que las Ciencias Sociales solo han servido para armar conflictos y fuera de eso son inoperantes, sin ninguna utilidad y que solo las utilizan los/as revoltosos.
El carácter superficial e irreflexivo con el que se desarrollan los cursos en estas áreas, así como los controles políticos de sus contenidos, forman ciertamente en el educando la idea de que esas asignaturas no sirven para nada, que solo son de relleno; lo cual no deja de ser cierto vista desde la óptica de cómo se desarrollan esas meterías cursadas por los estudiantes en universidades de derecha y también en algunos casos en instituciones universitarias estatales.
Lo libresco, lo abstracto, la poca idoneidad de este tipo de quehacer académico universitario y de docencia riñe con factores éticos y de responsabilidad profesional. Cualquier profesional ha sido considerado apto para ejercer la docencia en las asignaturas de Ciencias Sociales.
En todo caso la valorización que se hace es que son conocimientos generales y fáciles, que cualquiera puede dominar y transmitir; sin embargo no se esgrime el mismo criterio cuando se trata de especialidades como Ciencias Naturales, Ciencias de la salud o matemáticas, en cuyo caso sí se cree que son conocimientos especializados y de dominio reservado para los considerados especialistas. Este tratamiento y enfoque paradigmático, mercadeado en los medios intelectuales de derecha y desde universidades conservadoras en América Latina, Centroamérica y particularmente en El Salvador trae como consecuencia que el estudiante universitario o graduado tenga una visión descarnada de la realidad, peyorativa y desprecie el valor, función y aplicabilidad práctica de las ciencias sociales, (basta ver el desastre ambiental con el que técnicamente aportan las diversas profesiones de las áreas de las ingenierías en el país que tienen a El Salvador compitiendo con Haití por la nada honrosa posición de ser el país ecológicamente más destruido de América latina) que ciertamente enfocadas de ese modo carecen de toda seriedad y de sentido de utilidad aun en la visión pragmática.
De lo anterior deviene la aversión generada entre profesores y estudiantes de carreras clasificadas en otras áreas de las ciencias. Se piensa que entre menos contenido social tenga le dejan mas espacio para las asignaturas que ellos llaman fundamentales o técnicas en su formación profesional (por su puesto que desde una perspectiva absolutamente reduccionista de lo que debe ser el perfil de un profesional en la actualidad.
Los efectos de estas concepciones y prácticas académicas se evidencian clara y empíricamente en el perfil de profesionales graduados deshumanizados, despolitizados y desenraizados de la realidad histórica de su sociedad.
Como puede observarse tanto en el enfoque planteado por algunas izquierdas como el de derecha, donde se ideologizó el quehacer de las Ciencias Sociales, han sufrido todo un proceso de castración y de aberración y aun por razones diferentes, los resultados han sido los mismos; desacreditaron y volvieron inoperante las Ciencias Sociales negando el aporte especifico que desde ellas se puede dar a los procesos de transformación social de las sociedades.
CIENCIAS SOCIALES Y ACADEMICISMO CONSERVADOR A ULTRANZA
Se podría estimar un tercer enfoque mutilante de las Ciencias Sociales, que en buena medida es una derivación o variedad de las visiones de las derechas, el de los auto llamados académicos, aquellos que conceptualmente plantean rupturas radicales entre ciencia, ideología y política; intentando hacer una separación y descontaminación total entre el ser social que vive en una realidad histórica dada; con intereses, aspiraciones, anhelos, problemas sumergidos en la cotidianeidad y el científico aséptico que produce las ciencias sociales.
Generalmente este tipo de enfoques termina derivándose a las opciones políticas del apoliticismo, callando o evadiendo el abordaje, análisis, reflexión y estudios de los problemas ya sean estructurales o coyunturales de la actual realidad histórica de nuestra sociedad.
Su predica de neutralidad se rompe con facilidad debido a que en su quehacer intelectual y en su práctica política asumen sin ningún reparo los supuestos políticos-filosóficos del discurso ideológico de los sectores y enfoques de las derechas; desvirtuando tal neutralidad con su practica laboral y personal y en ningún momento están interesados en enfocar con objetividad las múltiples causas generadores de la situación vigente.
Casi siempre este tipo de “quehacer profesional” es altamente escolástico e inoperante, tiende a perderse en las formalidades, enfatizando más bien aspectos procedimentales desencarnados de visiones teóricas, estructuradas y concretas.
LA CRISIS DE LAS UNIVERSIDADES, FACULTADES, DEPARTAMENTOS, UNIDADES ACADÉMICAS Y CARRERAS EN LAS ÁREAS SOCIALES
En la mayoría de las universidades existe una profunda crisis de concepciones, enfoques y perspectivas de la institución misma en su conjunto, de sus facultades y departamentos en torno a las Ciencias Sociales, cayendo en la actualidad en mucho de los casos, en procesos de fragmentación ideológica, inmovilidad e inoperancia. Muchas de las instancias académicas de las universidades y quienes las conforman han renunciado voluntariamente al análisis, a la critica, a la reflexión teórica y por ende a la producción científica seria. En el pasado aun con sesgos ideológicos se hacia critica, y si bien fue limitada se mantenía presencia en la discusión nacional e internacional, en la actualidad la realidad es mucho más compleja y ya no solo demandan de la critica reflexiva sino que, también de la propuesta sensata, técnicamente fundamentada, viable y abierta a la discusión.
Se ha ajusticiado impunemente la vida académica de las universidades, aniquilándose el corazón y el alma de los aspectos esenciales que debieran constituir el quehacer académico-educativo fundamental. Así también los “profesionales de las ciencias sociales” se han auto censurado evitando vincularse con la sociedad civil y política desde una óptica universitaria para contribuir con lo que solo la academia puede aportar o le seria propio y absolutamente legitimo: información, investigación, conocimiento, análisis, reflexión, racionalidad y propuestas para convertirse ciertamente en la conciencia crítica de la sociedad y aportar al mundo global.
Desde las universidades y especialmente los departamentos vinculados con las Ciencias Sociales, se perdió la perspectiva, no se tiene presencia sostenida en las discusiones nacionales de los graves y complejos problemas que afectan a las sociedades.
Temas fundamentales en la discusión nacional como internacional todavía no han sido descubiertos por las universidades, en muchos de los casos ni siquiera forman parte de las pláticas cotidianas de los universitarios. Mucho menos ocupan una parte importante en los planes de estudios, ni en los perfiles profesionales, tampoco figuran con frecuencia en las agendas de investigación (que en muchas universidades son inexistentes).
Ciertamente los tiempos históricos han cambiado y la prioridad de los problemas que se deben de abordar desde la universidad en sus diversas áreas científicas y las Ciencias Sociales en especial presentan en la actualidad un viraje de 180 grado. Exigiendo de ellas profundos procesos de reconversión para la universidad misma, unidades académicas y las carreras de las áreas de las ciencias sociales, donde queda claramente establecido que es necesario dar aportes sustentados desde la investigación, la reflexión o la propuesta especifica a problemas de gran trascendencia nacional y SOLO ENTONCES SE RECUPERARA LA LEGITIMIDAD Y LA CREDIBILIDAD DE LA SOCIEDAD HACIA LAS UNIVERSIDADES Y POR ENDE HACIA LAS CIENCIAS SOCIALES.
Si por el contrario, como universidades y áreas de las ciencias sociales en particular no se mejora al protagonismo en la discusión y reflexión, si no se recupera una docencia de mejor calidad, no se contribuye con investigaciones especificas sobre problemas nacionales y propuestas técnicamente elaboradas que den luces y orientaciones lógicas en la solución de los mismos; las facultades, departamentos, carreras relacionadas con las Ciencias Sociales y las universidades como totalidad seguirán siendo una carga pesada para la sociedad, por la cantidad de recursos que consumen en relación a su inoperancia y aportes poco productivos.
En todo caso la estabilidad y crecimiento de las mismas seguirá dependiendo de lo único que hacen con muy baja calidad: graduar profesionales; y en consecuencia su tabla de salvación seguirá siendo el número de alumnos que ingresan a las carreras cada año.
LAS CIENCIAS SOCIALES, RECONVERSIÓN INTELECTUAL Y LA BUSQUEDA DE LA LEGITIMIDAD HISTÓRICA, FRENTE A LAS MAYORÍAS POPULARES Y NECESIDADES DEL PAÍS
La recuperación de la legitimidad de las facultades, departamentos y carreras relacionadas con las ciencias sociales, no pueden únicamente estar sustentadas en la demanda real de estudiantes que actualmente tienen que cada vez es decreciente, se requiere del desarrollo de acciones que lleven a un proceso de reconversión intelectual y académico, tanto de los planes de estudio, lo referido al currículo en su conjunto que por supuesto es determinante. Pero el problema es mucho mas global y la reconversión que se platea considera como factor fundamental el recurso humano que forma parte como personal académico de las universidades, se requiere elevar y especializar el capital humano universitario en la docencia e investigación.
De hecho se necesita una propuesta educativa que modifique en términos reales el perfil profesional de los futuros graduados, lo cual es valido para las ciencias sociales como para otras profesiones. Los nuevos perfiles profesionales deben de combinar una sólida formación social y humana así como científico-técnico.
Las universidades deben de tomar en cuenta que una nueva propuesta curricular fundamentada en la realidad actual y perspectiva del futuro tiene necesariamente que considerar el problema de los recursos financieros así como la viabilidad del plan curricular en relación de la calidad de capital humano con que se cuenta, el cual por lo menos debiera tener el mínimo de idoneidad requerida para las exigencias curriculares propuestas.
CIENCIAS SOCIALES Y OPCIONES UNIVERSITARIAS
Todo lo planteado no debe interpretarse y confundirse que las universidades, los departamentos y carreras relacionadas con las Ciencias Sociales deberían estar al margen y por encima de los debates y pasiones ideológicas que se dan en la discusión política, sobre diferentes temáticas y problemas de la sociedad; por el contrario su protagonismo debería ser importante tomando en cuenta que participar en la vida política del país, aun desde la universidad y con especificidad académica supone necesariamente asumir opciones políticas, políticas, tomar decisiones, políticas y realizar acciones que siempre tendrán alguna repercusión política. Lo cual no quiere decir comprometerse con militancias especificas ya sea compartidos o movimientos políticos; aunque tampoco se descarta como opciones de militancias personales de quienes las quieran asumir lo cual es legitimo.
La búsqueda de alternativas para vincular adecuadamente Ciencia, Ideología y Política continúa formando parte en la agenda pendiente de reflexión y búsqueda.
Desde mi óptica considero que el asumir opciones, tomar decisiones y realizar acciones al servicio de las grandes mayorías populares, empobrecidas, excluidas y marginadas sigue siendo la opción vigente históricamente para los intelectuales honestos, comprometidos con las realidades de nuestro tiempo aquí y ahora.
Sin embargo, se necesita resolver teórica y prácticamente el problema epistemológico que se plantea entre opción histórica asumida y objetividad científica, en otras palabras entre parcialidad ética y veracidad científica. Lo cual implica que el problema quizás debe de ser referido a una opción mayor, al ámbito de las relaciones que se establecen entre política y universidad, los intelectuales, el pueblo y la sociedad.
¿Qué opciones se le presentan a las Universidades y las Ciencias Sociales para el futuro?: lo que esta claro que al margen de las opciones políticas tienen necesariamente que asumir la decisión de cambiar. El cambio de mentalidad, la ruptura de los rezagos ideológicos tanto de izquierda como de derecha es un elemento esencial que puede coadyuvar a generar espacios de reflexión sin dogmas, sin catequismo, sin formato rígido, sin esquemas preestablecidos y en una apertura que sin renunciar a las opciones políticas, permanentemente se este nutriendo por la multiciplidad de dimensiones de la realidad histórica, actual y futura.
Este proceso de discusión y búsqueda debe permitir la construcción de alternativas viables de acuerdo a las realidades internas de las universidades y las demandas y necesidades sociales que se plantean desde la realidad.
CIENCIAS SOCIALES, NUEVAS REALIDADES Y DESAFÍOS QUE ENFRENTAR
Los nuevos escenarios mundiales que se presentan están caracterizados por la hegemonía casi planetaria de las relaciones capitalistas, el paso de la bipolaridad político-militar entre los Estados Unidos y la ex Unión Soviética desde la segunda mitad del siglo XX, hacia la unipolaridad y hegemonía mundial político-militar de los Estados Unidos desde 2989, la formación y hegemonía de los bloques económicos como el de la comunidad Europea, Japón, china y el continente Asiático, Estados Unidos con América Latina, el paso de la confrontación este–oeste a la de países ricos – países pobres, o la confrontación entre de civilizaciones y religiones, la implementación a escala mundial del modelo capitalista neoliberal salvaje en parte como muestra de prepotencia de lo que los países capitalistas industrializados se dieron en llamar la victoria del capitalismo sobre el socialismo histórico. Así mismo, la actual situación mundial esta caracterizada por la incertidumbre económica y las permanentes crisis financieras que han puesto a temblar a los mercados capitalistas que en el pasado gozaban de robustez y estabilidad, también se dio paso a la generación de verdaderas hecatombes y turbulencias económicas en países como México, Rusia, Japón, el Suroeste asiático, Brasil, Argentina, Uruguay, ecuador como el eslabón más reciente de una cadena que parece no tener fin y que seguirá hundiendo a muchos mas países y continentes completos en el futuro si se continúan imponiendo las recetas de los organismos financieros multilaterales y los países obedeciéndolas de manera dócil.
Otro rasgo fundamental de nuestro tiempo es la alarmante crisis ecológica por la que atraviesa el planeta como consecuencia del modelo de civilización occidental capitalista industrializado que ha llevado al planeta a los limites del calentamiento global que ha provocado el cambio climático, la acelerada reducción de la disponibilidad de agua dulce como efecto del uso indiscriminado e irracional de la era industrial y el agresivo proceso de deforestación que sufren actualmente, especialmente los bosques tropicales lo cual, amenaza la biodiversidad del planeta lo que es indicativo que sin pretender ser sensacionalista la destrucción ecológica del planeta ya alcanza proporciones que amenazan la existencia de la mayoría de formas de vida sobre el planeta incluyendo la humana.
La caracterización anterior solo son algunos de los elementos referenciales que deben de tomarse en cuenta del nuevo orden internacional y en consecuencia, son estas las nuevas realidades en que deben contextualizarse e insertarse los problemas de los países pobres; tanto a nivel mundial, continental, regional y nacional.
En este nuevo marco histórico para el tercer mundo, al ámbito de las ciencias sociales se le plantean nuevos desafíos y problemas que en su gran mayoría eran ya existentes en el pasado pero que estuvieron invisualizados y cuya importancia históricamente se había soslayado; sin embargo en la actualidad constituyen ciertamente las nuevas realidades y los nuevos contenidos a ser estudiados por las universidades y el complejo y multidisciplinario mundo de las ciencias sociales.
Temas de tanta vigencia para El Salvador y con tantas consecuencias para el futuro tales como: El de la incorporación de la mujer en el desarrollo a través de la educación y la sociedad del conocimiento, situación actual y perspectiva de la niñez y juventud, la crisis ecológica mundial y nacional, la situación de la democracia en el marco del capitalismo neoliberal en su triple dimensionalidad económica, social y política, efectos de los procesos de privatización, el nuevo orden internacional y las relaciones norte - sur, el problema del crecimiento acelerado de la pobreza relativa y la pobreza extrema, viabilidad del desarrollo del tercer mundo, la corrupción, la delincuencia, la seguridad publica, la participación ciudadana, la descentralización y el protagonismo local, el mundo de la sociedad civil en sus diferentes formar organizativas y de su participación a nivel local, regional, nacional e internacional, la producción y valorización social y económica del conocimiento generados desde el tercer mundo, la revolución en la informática, las comunicaciones y la información, los nuevos lenguajes de la ciencia del siglo XXI el digital Binario y el Genetico, la formación de capital humano de cara a las realidades del siglo XXI, reforma social, reconversión cultural y reforma educativa, los sistemas de salud, la seguridad social, el problema del crecimiento poblacional en su relación con el desarrollo y los limites ambientales, las nuevas formas de reproducción ampliada y restringida de la fuerza laboral Salvadoreña, la globalización y el neoliberalismo como imperio cultural del estándar, redefinición y reforma del Estado, integración regional y Latinoamericana, Situación actual de la familia y los derechos humanos, el sida y sus efectos, los efectos de las migraciones de salvadoreños y los impactos de las remesas en las familias y la economía del país, las perspectivas y efectos de los tratados de libre comercio y el problema de la energía como encrucijada estructural para el desarrollo. Asimismo, se pueden incorporar otras temáticas mas especificas, dependiendo de la relevancia y el interés de como se presentan en cada sociedad y sean percibidos desde la universidad.
Como puede verse los desafíos planteados en el presente para las universidades y las ciencias sociales requieren que se repiense de nuevo el modelo de universidad que necesitan las sociedades consecuentes con sus problemas y necesidades para lograr un desarrollo sustentable y sostenible que eleve la calidad de vida.
Las sociedades y las realidades de nuestro tiempo exigen un nuevo rostro y protagonismo histórico para lo que se requiere de la sistematización y síntesis histórica de lo que se ha hecho a través de las Ciencias Sociales desde la universidad, sea que se valoren en su dimensión positiva o negativa y también de las tareas pendientes que no se han realizado. Todo lo anterior se debe analizar desde una nueva relectura para establecer un nuevo punto de partida.
Si la dominación del primer mundo sobre el tercer mundo esta determinada y se ha profundizado por el control, apropiación y monopolización del conocimiento, la ciencia, la tecnología, la información y las comunicaciones; resulta obvias entonces las enormes responsabilidades delegadas por las sociedades del tercer mundo para sus universidades, así como el rol que les compete jugar a las ciencias sociales en especial.
Por tanto, un abordaje correcto de la situación tiene que tomar en cuenta que las universidades no solo deben de ser consumidoras y aparatos de circulación de conocimiento e información y en algunos casos reducida a la categoría de propaganda. Los desafíos que se presentan exigen a las universidades del tercer mundo la gran tarea de producción de conocimiento, su transformación en tecnología y la generación de espacios y canales para la amplia difusión en la sociedad. De no ser así las universidades y el mundo de las Ciencias Sociales desde las universidades perderán su razón de ser. La magnitud del problema planteado no se resuelve con formalidades, se requiere de reflexiones serias y sostenidas, de búsqueda permanente para encontrar la inserción adecuada de la universidad en su mejor forma y contribuir en la formulación de nuevas alternativas especialmente para la sociedad salvadoreña de cara al siglo XXI.
Quisiera terminar citando a uno de los hombres mas sabios de nuestro tiempo que vivió y pensó la realidad salvadoreña como intelectual universitario comprometido con las mayorías populares y empobrecidas cuyo compromiso lo ofrendo con su vida: a Ignacio Ellacuria, quien afirmo categóricamente en uno de los párrafos de sus últimos escritos días antes de que lo asesinaran militares salvadoreños: “PARA ENCONTRAR LA VERDAD HISTORICA SUELE DECIRSE QUE LA UNIVERSIDAD DEBE DE SER IMPARCIAL NOSOTROS CREEMOS QUE NO. LA UNIVERSIDAD DEBE PRETENDER SER LIBRE Y OBJETIVA PERO LA OBJETIVIDAD Y LA LIBERTAD PUEDEN EXIGIR SER PARCIALES Y NOSOTROS SOMOS LIBREMENTE PARCIALES A FAVOR DE LAS MAYORIAS POPULARES; POR QUE SON INJUSTAMENTE OPRIMIDAS Y PORQUE EN ELLAS POSITIVA Y NEGATIVAMENTE ESTA LA VERDAD DE LA REALIDAD DE NUESTRA UNIVERSIDAD EN TANTO QUE UNIVERSIDAD TIENE UNA CONFESA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES DE QUIENES APRENDEN SU REALIDAD Y EN SU MULTIPLE EXPRESION IINTEGRANTE Y APUNTANTE. SE PONE DE PARTE DE ELLOS PARA ENCONTRAR LA VERDAD DE LO QUE ESTA PASANDO Y LA VERDAD QUE ENTRE TODOS DEBEMOS BUSCAR Y CONSTRUIR”.
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